El payaso Firuláis, de millonario a vivir de la caridad en Guadalajara

“Firulais”, debido a su popularidad local, era entrevistado frecuentemente por periodistas tanto nacionales como extranjeros, hasta fue figura del canal 6.

Firuláis” tuvo la oportunidad de estudiar arte dramático en Nueva York.

Federico Ochoa y Ochoa, mejor conocido como “Firuláis”, nació el 10 de febrero de 1907 en la Hacienda La Purísima, en Tecalitlán, Jalisco.

Asimismo, era descendiente directo de conquistadores españoles y aristócratas terratenientes virreinales. El padre de Federico falleció (por un mal cardiaco congénito) cuando éste solamente tenía 3 años de edad.

Cuando era adolescente Federico, estaba maravillado con el ambiente de los toros y consideró seriamente la posibilidad de consagrar su vida a convertirse en ilustre matador; pero fue su madre quién con gran dramatismo, lo hizo renunciar a la idea.

Su paso en EUA

Federico, fue enviado a estudiar a escuelas de Estados Unidos. En su estancia por Hollywood , se animó a realizar una serie de pruebas de cámaras, todas sin éxito.

Dicha experiencia lo llevó, no obstante, a considerar una carrera como actor. Siguiendo ese impulso a los 21 años de edad, se enlistó en la American Academy oficina Dramatic Arts en Nueva York, convirtiéndose en poco tiempo en alumno destacado.

De regreso en México trabajó en diversas compañías teatrales de la capital, entre ellas la dirigida por el japonés Seki Sano.

Su vida amorosa

Federico se casó, con una casi desconocida, en la Ciudad de México, al cabo de unos meses el matrimonio llegó al divorcio y poco tiempo después Federico entró a la fase más obscura de su vida entregándose al alcohol y otros excesos.

Tras breve paso por una institución mental, Federico regresó a Jalisco y comenzó a vivir entre Guadalajara y Tecalitlán.

La vida loca

Tras la muerte de su mamá, Federico comenzó a llevar estilo de vida de fiestas, viajes en cruceros, bohemia, etcétera. Por lo que, poco a poco fue acabándose la herencia familiar, hasta por la década de los años cincuentas.

Don Federico se vio obligado a trabajar de chófer particular, de cantinero, mesero, entre otras ocupaciones, y por pura casualidad, consiguió un pequeño trabajo, anunciando los números de un circo de Guadalajara, pero para ello tenía que disfrazarse de payaso, (así nació su nueva identidad del payaso Firuláis).

En 1967, en un arranque de espontaneidad imprudente para su edad, Firulais se bajó al ruedo de la Plaza de Toros, pero con tan mala fortuna que el toro le dio un pisotón, lastimando de manera permanente el tobillo, de ahí que usara silla de ruedas, aunque pudiera caminar.

Su segundo aire

Su segunda esposa y fiel compañera, fue Paquita Vázquez, con quién tuvo su única hija, Mónica María.

Desgraciadamente, Paquita falleció a los pocos años de matrimonio, dejando atrás a “Firulais” viudo, con una hija, con salud debilitada, y pobre.

Los últimos años los vivió sentado en una silla de ruedas, trabajando y dando consejos en los portales de Avenida Juárez y 16 de Septiembre de la ciudad de Guadalajara, al mismo tiempo escribía sus ideas filosóficas, realizaban pequeños trucos de magia, bromeaba con los transeúntes o conversaba con los turistas algunas veces en inglés, francés o italiano.

Federico Ochoa y Ochoa,”Firuláis” falleció en 1989.

Con información de Guadalajara Antigua, México Desconocido y El Barrio Antiguo.

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