Mexicana cuenta cómo es su vida en China con el Coronavirus
| |Con la actual epidemia del Coronavirus en el mundo, en México aún desconocemos los desgarradores detalles del día a día que viven en los países asiáticos donde el número de contagios ya supera los 80 mil.
La mexicana residente en China cuyo nombre de usuario en Facebook es ‘Araceli Stubbe’ ha publicado en su muro un resumen de cómo vive cada día con los excesivos filtros de seguridad y control sanitario de la ciudad que los ha mantenido en cuarentena desde hace 2 meses.
Hoy las calles están silenciosas porque casi ni hay tiendas abiertas y ya todos saben que hacer: quedarse en casa lo más posible. El aire está bien limpio porque casi no hay coches. Se escuchan los pajaritos. Después del año nuevo Chino, los Godínez promedio fuimos avisados: que no regresaríamos a la oficina por 3 días, luego le agregaron dos semanas de home-office, pero observando nuestros síntomas y reportando diario cualquier anomalía. Firmamos juramentos de que diríamos la verdad por nuestro bien y el de los demás y también un compromiso de no esparcir chismes.
Hoy ya sé que no tengo por qué querer salir envuelta en plástico burbuja llena de miedo. Simplemente hago todo lo que tengo que hacer, con consciencia de las medidas para evitar enfermarme y cuidar a otros. Ya sé que usar una mascarilla con la técnica correcta es mejor que ponérsela mal y con masking tape. Ya pasé mi curva de aprendizaje y les puedo decir que estoy bien, sana y tranquila porque ya sé que hacer.
Los que son papás, se han quedado a trabajar desde casa siempre que su labor de lo permita porque tienen que cuidar a sus niños que tampoco han podido regresar a clases. Los que no, desde la semana pasada nos hemos rolado 3 días el sitio de trabajo. He bajado 3 kilos este mes, entre por comer poquito y por perder masa muscular, mi contador de pasos marca en promedio 36 pasos/día cuando me quedo en casa.
Creo que esto demuestra que otra parte importante de la preparación es la “mental”, hay que saber hablar con los niños y explicarles qué está pasando, ver cómo se puede hacer una vida productiva desde casa y hacerse una rutina de ejercicios para mantener el ánimo y la salud.
Habrá cambios a los cuales acostumbrarse. Por ejemplo, en el comedor de mi empresa, los bulliciosos lunches de principios de enero Enero, hoy se convirtieron en líneas ordenadas. Se hace una fila guardando distancia para recoger tu comida en caja para llevar. Ya no nos dan esas deliciosas comilonas de cinco tiempos; ahora son noodles y comida pa’ llevar. Pero a llevar a dónde? A tu cubículo o a un rincón del estacionamiento donde no te acerques a otros en el terrible momento en el que te quitas el cubrebocas para poder meter comida a tu boca porque el hambre es canija.
Hoy yo ya me acostumbré a las medidas de higiene extraordinarias que nos recomiendan tomar: A lavarme las manos, con agua, jabón y alcohol veinte veces al día. A ponerme el cubrebocas sin tocarlo de enfrente para ponerlo ni para quitarlo. A cortarlo antes de desecharlo (para que no lo vayan a reusar). A no tocarme la cara y los ojos. A agarrar desinfectante de manos en automático cuando toco alguna superficie. A usar los Kleenex pegados al elevador para apretar el botón cubierto con kleenpack y a oler el aroma del piso y paredes completamente desinfectadas cada hora y media. El desinfectante o alcohol del 75% es el nuevo derecho público (en un país en donde era raríiiiiisimo encontrar jabón en el baño jajaja). Me acostumbré a salir con salir con más capas de ropa, porque el sistema de calentamiento central está apagado: recircular el aire entre pisos es mala idea.
Tal vez les toque a ustedes pronto, y se van a quejar, van a querer confrontar los cambios, van a “repelar” las nuevas órdenes pero ojalá se adapten pronto, cooperen y ayuden a cuidarse entre todos como lo estamos haciendo aquí.
Créanme, a TODO se acostumbra uno, hasta al apocalipsis jajajaja. De cierta forma aquí ya saben qué hacer para mantener está situación bajo control. La última semana (del 22 al 26 de Febrero, 2020) ha habido CERO contagios en mi ciudad GRACIAS A LAS MEDIDAS QUE TODOS ESTAN TOMANDO y eso es lo que les quiero transmitir. Que aunque llegue el coronavirus si hay cosas que hacer! Y que ya sabiendo cuáles son las formas de prepararse y las recomendaciones para evitar contagios pueden seguir con su vida sin agobiarse.
Aquí desde los vigilantes están mega comprometidos en revisarte la temperatura y NO dejarte salir sin cubrebocas, los policías que te llaman A TU CASA para saber si estás sano y te van a ver para corroborar, las tiendas, empresas y escuelas que cerraron, los arrendatarios que no están cobrando la renta de los locales y los bancos que están congelando el pago de la hipoteca de esos locales en pausa hasta la gente como mis amigos y yo que estamos obedeciendo nos lo tomamos en serio y nos hemos dado cuenta de que todos somos parte de este control.
Yo estoy a 1154 km de Wuhan, 14 horas en coche y pues aquí no ha pegado tan duro: en mi ciudad de 16.3 MILLONES de habitantes, ha habido menos de 150 casos. Las provincias como la mía, en donde hay menos casos, sienten la responsabilidad de hacer lo que las otras ciudades más afectadas no pueden. De “jalar” por ellas pero no bajar la guardia.
Cómo le van a hacer los países en donde no pueden construir hospitales en 10 días? Donde la gente no esté acostumbrada a recibir órdenes autoritarias y seguir las reglas? Donde no se tiene la tecnología para hacer home-office eficiente? Sin que haya controles de quién se subió a qué vagón del metro? Donde la mayoría de los restaurantes no pueden compensar las perdidas del consumo en el local vendiendo comida para llevar? Donde no todos los adultos saben usar las apps para hacer el súper en línea? Dónde los policías no tienen tu número de teléfono para preguntarte cómo estás de salud? La gente de tu residencial se aguantaría poner en cuarentena? Podrían cerrar la ciudad en donde vives sin dejarte salir ni entrar, garantizando que si te quedas afuera tu casa estará segura? Los vecinos se organizarían para rescatar y darles de comer a las mascotas solitas? Hay cubrebocas con certificados de pruebas calidad y filtrado viral? Tenemos suficientes pruebas de diagnóstico? Si se enferman 40,000 personas en tu Estado, hay camas, médicos, ventiladores y recursos para atender a cuántos?
El gobierno Chino ha tomado medidas SIN PRECEDENTES en la historia de la salud social y verlo desde adentro (pero no en el mero aro de fuego) ha sido una gran experiencia.
Les digo algo: ya no hay tiempo para echarse culpas. Ojalá que las cosas que ha hecho bien China, les sirvan como referencia, y que aprendan de lo que ha fallado para mejorarlo a tiempo cuando tengan que implementar las medidas en sus países. Un mejor control de una pandemia así se puede lograr con un mejor gobierno, pero más importante, con una buena sociedad.
Ahora regreso a mi departamento: en el residencial pasaré por un tapete empapado de Cloro o Dettol, me revisarán mi pase de entrada, me tomarán la temperatura y llegaré a la puerta #502. A este depa frío, a dónde no puedo invitar amigas a cenar desde hace un mes pero donde puedo andar sin mascarilla, tengo agua potable, agua caliente e internet. Mi alacena está llena, he guardado suficiente comida para dos meses y si necesito más se que todo lo puedo comprar en línea el súper de Wal-mart, IKEA, Sam’s y todo el mundo de chunches del Amazon Chino, Taobao. Me preparo para seguir sobreviviendo, en esta guerra invisible y aburrida, sin efectos especiales como las miles de personas más en esta ciudad.
Cuando llegue el COVID-19 a Latinoamérica, no sean los valientes o quejosos que se rehusan a ponerse cubrebocas porque les da calor o se les empañan los lentes. SÓLO HÁ – GAN – LO. Si no te cuidas, estás exponiendo a tu familia y amigos y aunque enfermarse no es sentencia de muerte, ¡no quieres ser tú él próximo contagiado!
Los Latinoamericanos también somos MUY capaces de lograr cualquier cosa cuando nos lo proponemos, tienen la ventaja de que pueden ir aprendiendo de lo que ha funcionado en otros lados, ¡Ánimo!