El Templo Expiatorio de Guadalajara es una impresionante joya arquitectónica de estilo neogótico, considerada como la máxima obra en su estilo en México.

Este magnífico templo no pasa desapercibido ante los ojos de los miles de visitantes que acuden al Centro Histórico de Guadalajara, ya que se encuentra ubicado en las cercanías del mismo.

La construcción de esta obra comenzó en 1897 cuando el Arzobispo Pedro Loza y un grupo de feligreses organizaron un concurso para seleccionar al arquitecto que tuviera el mejor proyecto, por lo que se eligió al italiano Adamo Boari quien fue traído por el presidente Porfirio Díaz para posteriormente realizar la construcción del Palacio de Bellas Artes.

La obra fue detenida en 1911 debido a la Revolución Mexicana que paralizó al país en ese entonces, por lo que años más tarde fue retomada por otros arquitectos y finalmente la obra fue terminada hasta 1972.

El Templo Expiatorio está construido en piedra de cantera cortada a mano, tal como se hacía en la edad media. En su impresionante fachada destacan sus puertas por su sobrio labrado en cantera y mármol blanco en sus medallones, así como la excelente talla en madera sobre temas eucarísticos, obra de los maestros Benito Castañeda y Jesús Gómez Velasco.

El estilo arquitectónico semeja a las catedrales neogóticas de Europa, lo cual la convierte en un sitio atractivamente visible desde cualquiera de sus ángulos. Sus altas bóvedas, el reloj y sus enormes vitrales por donde se filtra la luz son los elementos que caracterizan a este templo.

Al frente del Expiatorio se encuentra una gran plazoleta desde donde se puede admirar la belleza de uno de los principales Monumentos Tapatíos.

Ubicación: López Cotilla 935, Col. Centro, Guadalajara, Jalisco.

Teléfono: (33) 3825 3410

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