Manuel Ornelas Gómez, también conocido como Don Marcelino, era un tejuinero de 95 años de edad que comenzó su negocio vendiendo tejuino en un rincón del barrio de la Capilla de Jesús de Guadalajara en 1955.

La bebida era popular entre la gente del barrio, y aunque un vaso grande costaba un peso, no era un peso cualquiera, sino una moneda Resplandor acuñada en plata. Vendía la bebida en una pequeña olla de peltre que llevaba en su bicicleta.

Don Marcelino se convirtió en un personaje habitual en la calle Jesús y su negocio fue prosperando. En la década de los 60’s, pudo rentar un pequeño local en el Mercado IV Centenario, donde estableció Tejuino Marcelino.

El negocio se convirtió en una tradición familiar y actualmente es uno de los establecimientos más visitados por centenares de clientes que lo han conocido desde años atrás. Ahora es atendido por sus familiares, aunque también podían encontrar a Don Marcelino atendiendo en algunas ocasiones.

Don Marcelino heredó la receta del tejuino de su tío Refugio, quien vivía en Guadalajara. Refugio le enseñó cómo preparar la bebida de origen prehispánico. Don Marcelino decidió dejar su trabajo como minero en Fresnillo, Zacatecas para mudarse a Guadalajara y aprender el oficio de tejuinero de su tío.

La historia de Don Marcelino y su negocio es un ejemplo de cómo el trabajo arduo y la perseverancia pueden llevar al éxito. Don Marcelino comenzó vendiendo tejuino en una bicicleta y ahora su negocio es una tradición familiar que ha sido transmitida a través de generaciones.

Don Marcelino falleció el 15 de Septiembre 2023, poco tiempo después de haber sido reconocido como el mejor tejuinero de Guadalajara. Hoy continua su legado en el Barrio de la Capilla de Jesús.

Ubicación: Calle Joaquín Angulo 819, Artesanos, Guadalajara.