Barra de Navidad, considerado un paraíso de la costa jalisciense por su gran belleza natural, es también un lugar de historias de amor y grandes leyendas que inspiran a los pobladores y visitantes de este exótico lugar de bellas playas.

Dentro de la iglesia del pueblo se encuentra el milagroso Cristo de los Brazos Caídos, también conocido como el Cristo del Ciclón, o el Cristo que detiene a los huracanes.

Cuenta la leyenda que en el siglo pasado durante la madrugada del 1 de Septiembre de 1971, una intensa tormenta devastaba a las costas de Jalisco, por lo que los pobladores de Barra de Navidad buscaron refugio en la iglesia, ya que la fuerza del viento era tan grande que parecía un apocalipsis. Esto obligó a todo el pueblo a rezar para que disminuyera el devastador fenómeno, hasta que de pronto el Cristo inesperadamente dejó caer sus brazos y en ese momento se acabó aquella tormenta.

A partir de ese momento, el pueblo de Barra de Navidad se regocijó de alegría y su fe hacia el Cristo se hizo más grande. Ahora, la leyenda del Cristo de los Brazos Caídos es una de las más asombrosas y cada vez que ocurre una tormenta, la gente recurre a él para que desaparezca toda catástrofe natural.

Las costas de Jalisco continuamente han sido azotadas por grandes fenómenos meteorológicos durante cada temporada de lluvias. Sin embargo, la furia de la naturaleza no ha podido causar grandes daños en este poblado, lo cual ha reforzado aún más la fe en este Cristo que continuamente es visitado por quienes conocen su leyenda.

Durante el año 2015 el Huracán Patricia auguraba una gran destrucción sobre las Costas de Jalisco. Sin embargo, el fenómeno no causó grandes daños ni arrebató vidas, incluso se debilitó rápidamente al tocar tierra, lo que ha llevado a que muchos creyentes atribuyan este milagro al Señor de Barra de Navidad.