Grandes historias se escriben también desde las gradas de la afición y es desde este lugar donde se apoyan los sueños y las ilusiones de ganar, pero también de llorar con el equipo. Esto es amor y fidelidad por la camiseta, así ha sido la historia de los rojinegros.

Modesto Rivera, un adulto mayor de 88 años, era apenas un adolescente cuando vio ganar al Atlas en 1951, en aquel entonces el primer equipo jalisciense que obtenía una copa en la liga del futbol mexicano.

“Yo tenía 18 años en ese campeonato. Recuerdo mucho festejar al equipo de mis amores y seguro festejé de más pero ya algunas cosas son borrosas”, cuenta don Modesto a la revista Reporte Índigo mientras los aficionados que poco a poco se acercaban para conocer su historia y felicitar.

Otro aficionado que también logró ver al Atlas campeón por segunda ocasión fue Don Francisco, quien también esperó casi toda una vida para volver a sentir la emoción que vivió en aquel 1951.

Siete décadas después, desde el Estadio Jalisco y portando un cubrebocas de su equipo, Don Francisco celebró nuevamente el campeonato del Atlas.