Guadalajara es también conocida por sus fuertes temporadas de lluvias y esto ha sido aprovechado para dar un paso importante en la gestión del agua al inaugurar el depósito de agua de lluvia más grande de Latinoamérica.

Esta monumental obra de ingeniería tiene como objetivo captar y almacenar la abundante precipitación que cae sobre la ciudad durante la temporada de lluvias, con el fin de combatir el desabasto de agua que suele afectar a la región durante los meses de sequía.

La estructura, ubicada debajo del Parque San Rafael de Guadalajara, es un testimonio del compromiso de la ciudad con la gestión sostenible del agua. Funciona recolectando el agua de lluvia proveniente de diversos colectores ubicados estratégicamente en toda la ciudad. Esto asegura que se aproveche al máximo cada gota de agua que cae del cielo, contribuyendo a mitigar la escasez de agua que a menudo afecta a la región.

Además de garantizar un suministro de agua más constante y confiable durante las temporadas secas, esta innovadora obra de infraestructura también desempeña un papel crucial en la prevención de inundaciones en las colonias cercanas. Al captar y retener grandes volúmenes de agua de lluvia, se evitan desbordamientos y daños a la propiedad privada, lo que mejora la calidad de vida de los residentes locales.

La inauguración de este depósito de agua de lluvia representa un hito significativo en los esfuerzos de Guadalajara por abordar los desafíos relacionados con el agua y promover prácticas de gestión sostenible de recursos.

La ciudad se posiciona como un ejemplo a seguir en la región, demostrando cómo la inversión en infraestructura inteligente puede beneficiar tanto a los habitantes locales como al medio ambiente.