1 de Noviembre: El origen del Día de Todos los Santos

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Cada 1 de Noviembre para México es una fecha muy especial por la celebración del “Día de Todos los Santos”, una tradición que se festeja con todo el floklor mexicano, visitando los panteones llenos de flores, poniendo un altar, comiendo un rico pan de muerto o celebrando con alguna actividad alusiva a estas fechas.

Una celebración católica-cristiana que en este día celebra a manera de fiesta solemne a todos aquellos difuntos que, habiendo superado el Purgatorio, se han santificado totalmente y gozan ya de la vida eterna en la presencia de Dios. Por eso es el día de “Todos los Santos”. Ese día la Iglesia festeja y se alegra por todos los hombres y mujeres, ancianos, jóvenes o niños solteros o casados, religiosos o laicos que han llegado a Dios, su meta última.

Antiguamente la iglesia acostumbraba a celebrar el aniversario de la muerte de un mártir en el lugar del martirio. Frecuentemente, los grupos de mártires morían el mismo día, lo cual condujo naturalmente a una celebración común. En la persecución de Diocleciano, el número de mártires llegó a ser tan grande, que no se podía separar un día para asignársela. Pero la Iglesia, creyendo que cada mártir debía ser venerado, señaló un día en común para todos.

Santos

Siglos más tarde, el Papa Gregorio III (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro a todos los santos y fijó el aniversario para el 1 de noviembre. Gregorio IV extendió la celebración del 1 de noviembre a toda la Iglesia, a mediados del siglo IX.

Actualmente cada 1 de Noviembre en México se considera como la fecha para celebrar a los niños difuntos, cuyas almas se santifican al morir durante la infancia, el periodo de inocencia del ser humano.

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